miércoles, 26 de julio de 2017

LA GRAN DESCONOCIDA


COSA BUENA
La fresa o frutilla, de nombre científico, fragaria. Se sabe que la existencia de las fresas data de hace 2200 años y que crecieron de manera silvestre en el siglo III. La Fundación Española del Corazón (FEC), reivindica las propiedades nutricionales de estos frutos rojos, por sus efectos positivos en el corazón. Son un antiinflamatorio natural ya que existen investigaciones que demuestran que mujeres que consumían 16 o más fresas semanales, desarrollaban mas proteína C reactiva, siendo ésta un potente antiinflamatorio producido por el hígado. Es un buen medicamento natural para enfermedades como la artritis. Al tener alto contenido en omega-3, magnesio y cobre puede ayudar a reducir la caspa o proteger los folículos pilosos, además al componerse las fresas de ácido fólico y vitaminas B5 y B6, previene la caída o adelgazamiento del cabello.
BANCAL PERMANENTE
Tienen una gran capacidad bactericida gracias a que son ricos en vitamina C (más que muchos cítricos), por este motivo, favorecen la asimilación del hierro y se recomiendan en casos de anemias ferropénicas, así como prevenir resfriados. Las raíces, y especialmente las hojas, son fuente de multitud de sustancias antiinflamatorias naturales, de ahí su efecto antirreumático. Además las hojas son extraordinariamente rica en taninos, con lo cual sirven para cortar procesos diarreicos no bacterianos. Uno de tantos remedios populares es para la amigdalitis: Hacer una infusión colocando 3 gramos de hojas de fresa en una taza de agua hirviendo por 5 minutos. Cuando se enfría, hacer gárgara varias veces al día.

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